sábado, 19 de julio de 2008

Una otaku más en el chiflado mundo...

Ayer me di cuenta de una de las grandes verdades de la vida; las personas cambian sus prioridades con el paso del tiempo, sé que no es algo novedoso y que la mayoria ya debe saberlo pero el haberme hecho consciente de eso, me puso a reflexionar sobre las cosas que yo, que tú y que todos hemos cambiado.

Hace poco le pregunté a mi papá que si podía recordar cuál había sido la primera caricatura que yo había visto de pequeña y me respondió: Los Thundercats, y empezó a contarme que yo tenia como 6 años y que me encantaban y que incluso me compraron la garra y la espada de Leono, obviamente de plástico, entonces él siguió contándome sobre algunas series que él podía recordar como Los caballeros del zodiaco, que siempre se la pasaban gritando: "seiya, seiya"; Sailor moon, Ranma y Dragon ball z. Es curioso como algunos padres se sientan a ver caricaturas con sus hijos; mis padres no son de ésos exactamente, pero estoy segura que al menos alguna les ha parecido interesante o espantosa.

Lo cierto es que las caricaturas y el anime son asuntos totalmente distintos que no muchos saben distinguir, cuando te preguntan ¿Qué es anime?, lo primero que se te viene a la mente es: "oh si, japón!" y respondes qué es la animación japonesa, sin embargo hay personas para las que el anime sólo son muñequitos japoneses de ojos grandes que se enfrentan en batallas sangrientas o tienen poderes mágicos y salvan a la tierra y punto; ahi termina su concepcion de la animación. Si bien el anime y las caricaturas o cartoons comerciales se basan en dibujos, sonido y trama, NO SON LO MISMO;no son sinónimos puesto que el anime tiene diferentes temáticas que van desde lo real y crudo de la vida cotidiana, hasta aventuras fantásticas en universos diferentes al nuestro.
Puedes encontrar desde una serie cómica, romántica, de acción, de suspenso, en fin, hay de todo y para todos: el mundo del anime no es limitado ni se cierra a determinado público; aún así creo que es necesario dejar de verlo con los estereotipos clásicos que se tienen sobre él y ser un poco más críticos respecto a las cosas que vemos y escuchamos.

Yo, al igual que tú y los demás que compartimos el gusto por el anime, somos muy diferentes, diferentes en edad, en género, en escolaridad, etc., pero todos nos hemos emocionado, gritado, llorado, maldecido, enamorado de algun personaje o de alguna serie animesca y es asi de simple: nos hace feliz, nos complementa y apoya en muchos aspectos de nuestras vidas; te cambia incluso la perspectiva de la vida, llega a hacerte sonreir, a ponerte realmente alegre... bueno al menos ese efecto a causado en mi... y estoy orgullosa de ello, a pesar de que allá afuera existan personitas que discriminen a los otakus, vale, que mas da, ¿no? cada quién su vida y sabe o intenta hacer algo con ella, asi que no te vuelvas a sentir mal si hay alguien que te ataca por ser diferente, simplemente agradécele su ignorancia, date la vuelta y aléjate feliz xD...

Ser parte de CNAMKO ha sido una experiencia realmente genial, compartir con estos chicos ha sido algo único, trabajar por la difusión del anime con las proyecciones que hemos hecho ya desde hace unos cuantos años ha sido genial, aunque llegué un poco después a integrarme, realmente me siento parte y me siento contenta de haberlos conocido ^^... y bueno a seguir luchando por nuestros sueños ¿no?.. que a últimas es lo que realmente cuenta al final del día...

Minna... arigato...



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Problemas en la traducción del manga al español ** PARTE I**

PROBLEMAS EN LA TRADUCCIÓN DEL MANGA AL ESPAÑOL
Por Casandra
En primer lugar, la traducción del manga (historieta japonesa) a nuestra lengua no requiere gran ciencia.
No porque no se deban tener todos los cuidados posibles para traducir, o porque no se necesiten estratagemas, metodologías o estar empapados de la cultura japonesa, sino porque en realidad a las editoriales eso no les interesa.

Las “benditas” editoriales que se dedican a la publicación de manga en español (la más famosa es Glénat en España), no se muestran para nada interesadas en una buena traducción, sencillamente en cuanto compran los derechos en tal o cual país, nadie más puede vender otra versión traducida, ni mejor ni peor.
Por supuesto, nadie se da cuenta de las cosas hasta que llegan conocedores, tanto de la lengua como de costumbres y tradiciones del japonés, y se dan cuenta de que algo no marcha del todo bien.

Y es que hay que ver los errores que algunos traductores cometen, viñetas completas en las que no hay coherencia entre diálogo y acción.

Algunos de los problemas con los traductores es que la mayoría de ellos no pueden elegir el manga a traducir, les dan a escoger entre los disponibles para la editorial en que trabajan, por lo cual, algunos tienen que aguantar mangas aburridísimos (para ellos) y traducir con desgano.

Conseguir las licencias de mangas, ya no está en chino sino en japonés, y es que los mangakas (los que hacen manga) son gente extraña, cerrada, y muy protegida por las editoriales japonesas.
Aunado al alejamiento que hay con la lengua (que es de por sí lejana desde el momento en que ni siquiera son grafías las que se utilizan para escribir, sino ideogramas), tenemos el de los autores: es casi imposible hablar con ellos; entonces, ¿qué queda? Intentar traducir por cuenta propia.

El manga comenzó con el arte del grabado. Los cuenta cuentos antiguos llevaban grabados consigo y narraban historias que les venían a la mente al verlos. Desafortunadamente, ellos no podían estar en varios lugares al mismo tiempo, por lo que empezaron a escribir las historias a un lado o al reverso del grabado, estos se copiaban y así fue como empezó todo.
Con la llegada de la imprenta, la distribución se hizo aún más grande convirtiendo al manga en el llamado “único arte serial japonés”, el resto es historia.

Debo agregar que el japonés promedio es una persona muy tradicional: las obras del mangaka, pese a tener un bagaje intercultural muy grande, se basan más en las ideas de su propio país.
Al crear un manga, el mangaka, en lo último que piensa es en si será leído por foráneos, por lo que el primer problema que enfrenta el traductor es el de la ‘intraducibilidad’ cultural. Como dice Alberto Ballestero: “Un traductor es un mediador cultural, una persona que vive a caballo de dos o más culturas; su vida transcurre en la frontera de las cosas, de las lenguas, de las historias, de los hechos…” Está en manos del traductor saltar esa barrera y seguir adelante.


Uno de los problemas a los que se enfrentan los traductores de historieta (en general), es que deben evitar ofrecer traducciones explicativas, ampliaciones o notas al pie; esta excepción ha quedado descartada en el manga, que se congratula en exhibir cuantiosas notas aclaratorias para que sea fácil seguir el hilo de la historia.

No sólo se utilizan notas cortas, como en la imagen de arriba, sino que, en las últimas páginas, numerosas editoriales se dan el lujo de hablar acerca de las cosas particulares de Japón, a fin de meter en contexto al lector.

La mayoría de los textos japoneses, tienen palabras que simplemente no existen en nuestro idioma, y se ha dado, casi por convención, el permitir estas palabras en el idioma original (claro, escritas fónicamente con nuestro propio alfabeto), dejando una pequeña explicación en algún lugar del cuadro, donde no corte alguna imagen.

Los juegos de palabras son, muchas veces, intraducibles; esto es, que no tienen una equivalencia en nuestro idioma.
En un libro, sin más problemas, podríamos utilizar diversos recursos (como la nota al pie), o intentar hacer la explicación y compaginarla con el texto, o incluso pasar de esa parte y omitirla (eso recae ya sobre la ética del traductor); con el manga, como con la historieta en general, esto no es posible.
Si intentásemos hacer toda la explicación del juego de palabras, podríamos usar demasiado espacio, y en la historieta sólo se tiene el espacio determinado por “los globos” o “bocadillos” para hacerlo.

Omitir esa parte traería como consecuencia la pérdida de seguimiento de la historia, sin contar con que simplemente sería imposible omitir toda imagen que tenga que ver con ese comentario en particular.
Lo más factible en ese caso sería la nota al pie de la viñeta, pero tendría que ser corta, como en la imagen pasada. Ejemplos de juegos de palabras hay miles, y la mayoría están relacionados con los nombres propios.

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Imágenes:
Apple Cheek de Maki Usami
Wallaby de Kiyohiko Azuma

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